2+3= 8 Dos mas tres es igual a ocho

Sí, lo habéis leído bien. Dos más tres es igual a ocho. Ése ha sido uno de los mensajes que desde la Campana Mundial por la Educación hemos tratado de transmitir con más fuerza en esta Cumbre de Revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Queremos decir que la suma del Objetivo 2, universalización de la educación primaria, y del 3, igualdad para niñas y mujeres, también en educación, producen el resultado de conseguir los ocho (todos) los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Y esto es algo que también repitió ayer la reina Rania de Jordania (ya sabéis que es vicepresidenta de la CME a nivel internacional) en un interesante seminario al que asistí ayer en la tarde sobre los nuevos mecanismos de financiación. Una de las novedades que contiene la Declaración de la Cumbre es, precisamente, la mención de estos nuevos mecanismos de financiación. Son iniciativas más o menos novedosas, que están siendo lideradas por diversos países, alrededor de 60, entre ellos España, y apoyadas, en particular, por Francia, con una declaración reciente muy favorable del presidente Sarkozy. Se trata de obtener recursos adicionales a la Ayuda Oficial al Desarrollo (recordáis el famoso 0.7% que, por cierto, se ha reafirmado en esta Cumbre) que se ha revelado como insuficiente, incluso aunque se cumpliera (y encima no se cumple, y por esto también hay que continuar luchando).

Pueden adoptar diversas formas pero, básicamente, son tasas (o mejor dicho, contribuciones) sobre transacciones financieras. Los cálculos que se han hecho es que de cada mil dólares, una tasa de 0.05% daría como resultado alrededor de 40 mil millones de dólares que podrían dedicarse al desarrollo. Ya sabéis que, en el caso de educación, la brecha financiera (es decir el déficit de los recursos externos de financiación necesarios para cumplir con los Objetivos de Educación para todos) asciende a 16 mil millones de dólares anuales. Hoy por hoy, estas medidas novedosas de financiación, cuya idea ha ganado mucho impulso en los últimos años, son uno de los resultados más revolucionarios de esta Cumbre. Cuidado, me refiero a que se mencionan en la Declaración, no a que se haya acordado su puesta en práctica inmediata y efectiva.


En estos tiempos de crisis, muchos países ricos se están escudando en ella para no cumplir con sus compromisos de ayuda. Sin embargo, nosotros tenemos la convicción y la certeza de que, precisamente en estos momentos en que la crisis más afecta a los más pobres, es cuando hay que redoblar esfuerzos. No podemos dejar en la estacada a los más vulnerables una vez más.